23 de abril de 2006

LOS DERECHOS DE AUTOR CONTRA LA CULTURA

Exigir el pago de un canon por préstamo a las bibliotecas parece una forma un tanto extraña de celebrar el Día del libro; se supone que esta es una fecha para celebrar la cultura como un bien común a proteger. Pero las asociaciones de escritores catalanas parecen velar más por la salud de sus bolsillos que por la difusión de la cultura.

España no destaca precisamente por sus elevados índices de lectura; para mucha gente, las bibliotecas, que prestan un servicio gratuito y desinteresado, son el único medio de acceder a los libros. Para otros, como es mi caso, supone la única forma de realizar un trabajo: como profesor e investigador no puedo comprar todos los libros ni suscribirme a las revistas, y las bibliotecas hacen eso por mi.

Este tipo de reivindicaciones afectan a un muy reducido número de escritores; me atrevería a decir que el 80 por ciento de los libros publicados tienen como único fin satisfacer de una manera u otra el ego del autor, más que obtener rendimiento monetario. Géneros como la poesía o el ensayo académico, no los cultiva nadie pensando en ganar dinero.

Por todas estas razones, además de la falta de oportunidad, me parece vergonzosa la actitud de reclamar más dinero a costa de las bibliotecas. Tendré en cuenta estas actitudes la próxima vez que escuche a alguien pedir una rebaja de los impuestos sobre los libros porque hay que ayudar a difundir la cultura. Probablemente no firme. Y si alguno se anima a recoger firmas para que los derechos de autor tributen a un tipo más alto que en la actualidad, a lo mejor me lo pienso.

No hay comentarios: