16 de julio de 2008

Los umpa lumpas no quieren ser europeos



En la película Charlie y la fábrica de chocolate aparecen unos curiosos personajes, los umpa lumpas, que no hablan, solo trabajan, y además cantan alegres melodías mientras laboran. Supongo que es una película de obligado visionado en la Comisión Europea, ya que representa el sueño de muchos, básicamente de los empleadores: trabajadores que lo hacen sin protestar, sin exigir nada, felices por el mero hecho de tener un puesto de trabajo. ¡Vaya, eso me recuerda a Un mundo feliz!

Estos días en la Comisión no tienen tiempo de ver con calma este tipo de fantasías que alientan sus políticas porque resulta que los irlandeses han dicho no al Tratado de Lisboa. Justo una semana después de que la Unión Europea aprobase la directiva que permitirá trabajar más de 60 horas semanales. Vaya, resulta que los irlandeses no son alegres y cantarines umpa lumpas que trabajan sin protestar.

Dicen los más críticos que esta Europa que se construye es la de los mercaderes. Es peor aún, es la de los capitalistas de la era de la información, esos que no reparan en hundir a los ciudadanos, condenarlos al hambre si es preciso, si sirve para redondear las cuentas de resultados de las grandes empresas. Dicen que es como volver al siglo XIX: peor aún, porque es pasar por encima de unas conquistas sociales que costaron esfuerzos y vidas a lo largo de más de 100 años (en 1909 se consolidó la semana laboral de 40 horas).

Los economistas liberales dicen que esta norma no obliga a nadie a trabajar tanto: el que quiera podrá hacer su jornada como hasta ahora. Pero los liberales parecen olvidarse de su dogma de la oferta y la demanda: si un trabajador se ofrece a trabajar más horas ¿Quién encontrará trabajo antes?

La pregunta que es necesario hacerse es en función de que intereses toma la Unión Europea esta decisión. Los ciudadanos elegimos y pagamos, pero los beneficios no parecen ser para nosotros: todas las iniciativas de la Unión Europea parecen defender más los intereses de las empresas globales que las de los ciudadanos. Va a ser mejor no preguntar nunca a los umpa lumpa: cuando se les deja hablar, no hacen caso al jefe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

aunque no venga muy al caso, de refilon tiene algo que ver. ¿ Para cuando un parlamento europeo con poderes ? Por que el que existe ahora es un tanto descafeinado y al final las decisiones vienen de otras instancias que no son elegidas directamente por los ciudadanos.. con razon muchos desconfian