19 de abril de 2012

Educating America 2: cuestionar y actuar


Cuando hace siglos los americanos decidieron que estaban hartos de los ingleses, no se anduvieron por las ramas. La liaron. Esa sigue siendo la tradición política aquí, también en el mundo de la educación. Si tocan algo que te afecta, te movilizas para poner las cosas en su sitio.

Hace una semana tuve la ocasión de ver esta actitud en acción en Lincoln Middle School. Los chavales de esta escuela (de entre 12 y 14 años) estaban indignados por que el Board of Education ha cortado un programa de cooperación que tenían con un orfanato en Nicaragua: durante los últimos 3 años, un grupo de chicos y chicas del instituto se han ido a pasar el verano haciendo trabajo comunitario. Muchos de estos chavales son gente de posición humilde: el colegio pasa todo el año recogiendo fondos para que todo el que quiera pueda ir. El problema es que los abogados del distrito entienden que Nicaragua no es un país seguro a raíz de la evolución política. Puesto que esta era una actividad del Distrito (lo que básicamente significaba que los seguros del viaje corren a su cuenta), se les pedía que simplemente escogiesen otro sitio.

No sé como se resolvería una situación similar en España. Aquí, lo que vi fue una escuela entera movilizada. Invitaron a todos los miembros de Board a una sesión pública para convencerlos de que el programa debería seguir, con la misma escuela de Nicaragua. Durante dos horas, más de 20 personas hablaron: la coordinadora del viaje, alumnos que habían estado allí, alumnos que estaban preparándose para ir. Invitaron a ex-alumnos que ahora están en el instituto. También hablaron los padres, profesores y el director. Algunos alumnos enseñaron las fotos de su viaje. Otros montaron una conversación bilingüe español-inglés. Varias chicas se emocionaron y lloraron al salir a contar su experiencia, pero terminaron su intervención. Todo el mundo daba la sensación de llevar toda la vida hablando en público. Cuando los miembros de Board hicieron sus comentarios (sobre una decisión que ni siquiera habían tomado ellos sino el aparato burocrático) se levantaron una docena de manos de alumnos para darles respuesta.

Lincoln es una escuela que ha pasado por malos momentos y que ahora pelea por volver a estar en el grupo de los mejores. Además de la lucha por el viaje, había también un tanto de reivindicación de su especificidad y de la calidad de su proyecto educativo. Los chavales ya saben lo que es luchar por tus intereses y por tus ideales. Se explica, se pregunta, se discute. Si no se logra a la primera, se vuelve a la carga. Seguro que algún miembro de la comunidad educativa de Lincoln pide la palabra en las próximas reuniones del Board of Education. Ya están buscando un seguro alternativo que les permita salir de las restricciones burocráticas del distrito. Puede que vuelvan a Nicaragua o que no lo hagan: pero ya saben lo que significa pelear por lo que crees que es justo en una democracia.

PD: La página de presentación de Lincoln acaba con el lema We Question, Learn, Think, Care and Act!


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