11 de junio de 2012

Diario de Colorado: In food we trust

La moneda estadounidense ostenta la leyenda "In God we trust", pero podría ser sustituida por "In food we trust". Vayas por donde vayas encontrarás un sitio para comer. En las autopistas, las señales que indican las direcciones y las normas alternan con las que te explican en qué sitios puedes comer en la siguiente salida. A cualquier hora, es imposible estar en un lugar en el que no haya alguien comiendo (posiblemente también haya alguien trabajando, otro vicio muy americano).

Ir al supermercado es un deporte de riesgo. Primero, porque el precio del mismo producto fluctúa de forma escandalosa entre una tienda y otra, pero también entre el mismo establecimiento en dos fechas diferentes. Segundo, porque hay que mirar las etiquetas con extrema atención: la tendencia a cargar la comida de productos químicos es brutal.

Frente a la leyenda de que la comida es barata es EEUU, ir al supermercado es caro, tanto o más que en Madrid. En contraste, comer fuera de casa es barato. De nuevo, es deporte de riesgo, hay que afinar para saber en donde te metes. Las raciones son siempre pantagruélicas, sea en un restaurante, sea en la tienda. Bigger is better. En la biblioteca en la que trabajo, un café pequeño te da para entretener la mañana.

Todos hemos visto imágenes de los gordos americanos. La gordura es aquí un componente de la diferencia de clases. En la universidad verás algunos gordos gordísimos. En la piscina pública, en una ciudad llena de piscinas privadas en las comunidades de vecinos y las casas, verás una montaña de chavales que meten miedo, así como sus mamás. La comida saludable es cara; la que embrutece, barata. Super size me, I'm poor. And hungry.

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