12 de septiembre de 2012

Educating America 3: Graduaciones

Los europeos miramos con cierto desdén a los Estados Unidos porque apenas tienen historia que contar. Sin embargo, hemos de reconocer que son especialistas en crear y consolidar tradiciones y en jugar con los símbolos.


La graduación en el instituto es uno de los primeros ritos de paso en la vida de un joven. Una de las fotos que en algún momento se expondrán en las partes más públicas de la casa. Con la graduación, empieza la vida adulta: uno de va de casa y, si tienes el dinero necesario, empieza ese extraño paréntesis entre la vida infantil y la adultez que es aquí la experiencia del college.

He tenido la oportunidad de acudir al menos a 11 graduaciones, pero me contenté con ver una, la de Fossil Ridge, uno de los institutos del próspero y conservador sur de Fort Collins.  La graduación de cada año es también una forma en la que cada instituto visibiliza su identidad y sus logros. En el inmenso pabellón deportivo de la universidad, bastante lleno, la orquesta y el coro del instituto pusieron la banda sonora, junto con algunos grupos de estudiantes. Los discursos enfatizaron los logros de esta promoción no sólo a nivel académico, sino también en deportes, artes y participación comunitaria. Como contaré en otro post, aquí se espera que los estudiantes no se limiten a aprenderse las lecciones: hay que ser un hombre o una mujer un tanto renacentista, cultivar diversas facetas, hacer curriculum para tener algo que contar al rellenar la solicitud para la universidad.

Los americanos son expertos en conjugar lo ceremonioso con lo eficaz. Doscientos diplomas entregados, cada uno con su correspondiente foto, sus discursos, sus actos musicales, en apenas hora y media. Todo perfectamente orquestado. Filas levantándose y sentándose en perfecta coordinación, los miembros del Board dedicando 15 segundos a entregar a cada estudiante su diploma y posar para la cámara.

La presidenta de la asociación de alumnos dijo estar encantada de pertenecer a una promoción de chicos y chicas tan estudiosossss, tan exitososss y tan guaposssss. La directora celebró sonoramente a los cuatro estudiantes que, en lugar de ir a la universidad, irán a una academia militar. Sonaron el himno nacional y Pompa y circunstancia. No hubo salidas de tono, ruidos, sorpresas. Todo muy formal, muy contenido.  El día anterior, la graduación de Poudre Secondary School terminó entre petardos, confetti y globos, un pelín desmadrada. La graduación sirve también para que cada instituto reivindique su hecho diferencial.

Podeis ver todas las fotos de la graduación, cortesía de The Coloradoan y sus anunciantes, aquí


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