[img: mathplourde by CC Attribution 2.0]
Durante estos días nos hemos preguntado en el curso sobre MOOC de quien parte la
iniciativa de poner en marcha este tipo de cursos. ¿Es una decisión de un profesor o de un equipo o departamento?¿Está
apoyado y promovido por la Universidad? Y, por encima de todo, ¿tiene unos
objetivos claros y definidos?
Esta última observación habría que vincularla a una
pregunta anterior que había quedado sin responder ¿Qué ganan las
universidades públicas con los MOOC? Trabajando en la que es
posiblemente la más grande de todas, la Complutense, me asombra que no
haya una estrategia o al menos algo de información circulando entre los
profesores. Si me envalentonase al final del curso y decidiese montar un
MOOC, no tengo ni idea de a quén dirigirme en mi universidad. La
sensación es que, en muchas universidades, todas las iniciativas de
formación un poco innovadoras las llevan a cabo francotiradores sin que
la institución tenga un plan.
Lo que es posible que haya es una huida hacia adelante. Cada vez hay
menos alumnos y se impone la necesidad de lanzarse a la caza del
estudiante a nivel mundial. Un MOOC da visibilidad a tu universidad sin
exigir grandes esfuerzos (al menos, mientras se mantenga el diseño no estrictamente colaborativo). Da, además, la sensación de que la
universidad está a la última tanto en tecnología ciomo en pedagogía.
Pero tengo la sensación de que esta supuesta globalización no tiene un
sentido institucional (una vez más). No hay una estrategia definida de
quien es el estudiante global que nos interesa, así que tampoco sabemos
cómo es la universidad global que nos interesa.
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