27 de octubre de 2015

Del periodismo al famoseo



Me quejo repetidamente del bajo nivel de muchos de mis alumnos en la facultad de Periodismo. Son tantos que eclipsan el brillo de los buenos alumnos (de las buenas alumnas, siendo preciso). ¿Por qué está esta gente en la facultad? Escriben mal, hablan torpemente, leen lo mínimo, no se cultivan, no ven mundo, no tienen espíritu crítico ni opinión propia. 

Estos alumnos (son muchos, pero no la mayoría) no quieren ser periodistas. Quieren salir en la tele y ser famosos. Frente a ellos se despliega un modelo perverso: Sara Carbonero se convierte definitivamente en icono mediático cuando se casa con Casillas; Cristina Pedroche se pasea por los fotocalls de la mano de su pareja el chef de Diverxxo; Lara Álvarez airea en redes sociales su relación con Fernando Alonso. 

Diréis que esta es una postura machista. No lo creo, pero sí defiendo que el machismo está en el origen del asunto. Cuando uno de los valores, probablemente no el menor, a la hora de contratar a alguien es su belleza, estamos en territorio de la discriminación de las mujeres, como denunció recientemente Rosa María Calaf en las jornadas Periodismo, mujer y comunicación.  

Se supone que los periodistas somos gente invisible, que es precisamente nuestra discreción y moderado anonimato lo que nos coloca en situación de ser testigos de hechos que terminan llegando a las audiencias. Pero ahora el periodismo, cierto periodismo, es sólo un trampolín hacia la celebridad. Los que debían estar entre bastidores están bajo los focos. 

Los medios y las cadenas están encantadas. Ya no contratas a una trabajadora, contratas a un icono, un modelo a imitar. Una prescriptora de moda y de estilo. Cuando la contratas te haces con sus seguidores en redes sociales y los sumas a los de tu cadena. El prestigio periodístico y profesional va por un lado, la fama va por otro. Y la fama parece tener más valor en la cuenta de resultados de nuestros muy financierizados medios. La tesis de Elena García Herrera, en curso, se me antoja más importante cada vez que pienso un poco sobre esto.  

No hay comentarios: